Para poder aplicar el enfoque centrado en el estudiante se deberían modificar una serie de aspectos que, por comodidad, o por costumbre, se continúan utilizando. Por ejemplo: las clases magistrales de los profesores, la actitud pasiva de los estudiantes, la mentalidad del profesor, la mentalidad del estudiante.
Para poder implementar un enfoque basado en el estudiante debe haber un cambio de mentalidad, tanto del profesor como de los estudiantes, y fundamentalmente, de la institución. Debe existir una política institucional ya sea que la demanda la realicen los gestores o el propio cuerpo académico.
Desde hace un tiempo ya, y desde la Secretaría Académica de mi institución, se han producido aportes concretos para el proceso de cambio. Se han generado talleres, con docentes, auxiliares, estudiantes, graduados. Se ha facilitado el dictado por parte de expertos y asistencia a cursos y seminarios en la temática. Se espera que próximamente se pueda seguir trabajando en un diseño curricular claramente centrado en el/la estudiante y sus competencias